“¿Y cómo voy a hacer esto a la edad que tengo?”. “Eso era en otra época”. “Ya es tarde para mí”.

Esto es lo que se repiten en su mente cientos y cientos de personas, que, por una u otra razón, han permitido que el paso del tiempo sepulte sus sueños e ilusiones. Pero la pregunta es ¿de acuerdo con qué o quién tenemos un límite para soñar? Si bien es cierto, que hay muchas oportunidades que se dan solo una vez en la vida; que en términos laborales la edad y la experiencia, o la falta de ella, influyen; e incluso, que con el paso de los años las fuerzas no son las mismas, quiero que sepas que nunca es tarde para empezar.

Esta es una invitación para que replantees tu vida y te des la oportunidad de ponerte manos a la obra frente aquello que tanto has anhelado y siempre has aplazado; de que analices qué es lo que debes soltar para volar hacia nuevos horizontes, y si es del caso, re-descubrirte en sueños nuevos cargados de fuerza para ti. Porque mientras haya vida hay esperanza, así que, ponte en marcha, que el camino a penas comienza.