“Cómo impedir que las heridas del alma traspasen generaciones.”
Es inevitable que a la hora de construir familia, lo que pongamos sobre la mesa sea aquello que traemos en nuestra mochila afectiva. Los seres humanos estamos definidos por un cúmulo de vivencias, aprendizajes y experiencias que nos han ido formando desde el inicio mismo de nuestra existencia. Todo lo que he vivido, la familia de la que provengo, los faltantes que tuve, los excesos que recibí, constituyeron lo que soy como persona y lo que tengo para ofrecer en terreno afectivo. Lo lamentable de esta situación, es que las historias se van repitiendo de generación en generación. Transmitimos a nuestros hijos nuestros propios miedos e inhabilidades personales; nuestras inseguridades; nuestros temores y desaciertos; y finalmente, les equipamos de aquello que nosotros mismos padecimos. ¿Cómo cortar con esas historias y posibilitar una nueva realidad para nuestros hijos? Será la respuesta que encontraremos en esta conferencia.