Qué hermoso es todo cuando inicia. El brillo en los ojos, la sensación de plenitud, el temblor en las manos y el inconfundible mariposario estomacal. Conocer a esa persona protagonista de nuestros sueños y empezar a construir un proyecto conjunto, es una experiencia sin igual. Pero como todo sueño, llega un momento donde es necesario despertar. Lo que antes nos cautivaba ahora empieza a perder su magia y fascinación, las mariposas lentamente empiezan a adormecerse cediendo paso a la cotidiana.